Lo que hay detrás de Vodafone. El caso de un fraude. Carta abierta

Queridos amigos de VODAFONE. La reputación corporativa no se construye únicamente con spots de publicidad y patrocinios de F1. Su imagen impoluta, moderna y atrevida choca con la realidad rancia, casposa y sucia de sus métodos. Pero no seré yo quien manche su identidad, se han ensuciado ustedes mismos. Parece mentira que una compañía que maneja tal presupuesto sea tan inoperante, descoordinada y enfermiza en sus métodos. Me explico.

Fui víctima de un fraude. Se usaron mis datos para darme de alta en Vodafone, lo que supone un delito de Usurpación de Identidad, denunciado ante la policía. Se la colaron señores de Vodafone, tienen la manga muy ancha para autorizar altas y estrechísima para aportar soluciones.

En más de dos meses, han sido incapaces de resolver este conflicto. De responder ante las reclamaciones que he puesto. De verificar si el contrato que hicieron a mi nombre de forma ilegal es lícito. Lo han dejado pasar, porque lo único que quieren es cobrar. Me llaman todos los días para que les abone facturas, aunque se haya cometido un delito del que ustedes tienen conocimiento. He seguido todos los pasos que me pidieron: Llamadas de reclamación, envío de Fax, personarme en una tienda de Vodafone, presentación de copia de denuncia… Y siguen persiguiéndome.

Esta mañana me han vuelto a llamar; “pague ahora y su expediente no llegará a manos de una gestora, ni aparecerá en una lista de morosos”. No son capaces de revisar la reclamación, porque lo único que desean es recuperar el dinero que les han estafado. Su silencio (a la hora de no resolver mi reclamación) es su forma de presionar hasta la ansiedad y el agotamiento al NO cliente.

Es indignante que sus departamentos de Atención al Cliente de Vodafone y Cobros no se hablen. Tal y como ustedes me han dicho, “es que Cobros somos un departamento independiente. Aunque usted haya puesto una reclamación nosotros no podemos hacer nada y le seguiremos llamando para que pague. Llame usted a Atención al Cliente para ver qué pasa con su reclamación”. Lo dicho, ni se hablan. Son inoperantes, un reino de descoordinación (provocada) que busca que un NO cliente termine desquiciado y pagando por un fraude.

Les he hecho llegar la denuncia, la reclamación ante la OMIC, el organismo del estado competente para estos asuntos. El tema está en manos de tribunales y bajo el asesoramiento jurídico de la OCU. Tienen copia de toda la documentación. Pero sus llamadas no cesan. Es indignante.

Ni soy cliente, ni jamás lo seré. Jamás pondré en mi mano un logotipo o un teléfono de Vodafone. Porque sé lo que hay detrás de su fachada y cuáles son sus métodos, sé cómo responden cuando hay un problema. Díganle a sus departamentos (Cobros y Atención al Cliente) que se hablen. Si quieren yo les facilito los teléfonos y les organizo un cita. Pero hablen entre ustedes. Dejen de tratar como criminales a las víctimas. Dejen de dar de alta a clientes que no lo son. Revisen sus sistemas de captación de nuevos clientes. Coordinen a sus departamentos. Creo que tienen dinero suficiente para hacerlo ¿o se lo gastan sólo en fachada? Eso es lo que parece.